Antes de sospechar de un engaño, la pareja puede observar signos que podrían indicar problemas en una relación. Una señal reveladora podría ser la disminución del deseo sexual, la intimidad y la sensación de que la pareja no escucha. Además, ver porno y comunicarse con chicas con webcam puede constituir engaño si viola la confianza o la honestidad; incluso las parejas no monógamas suelen establecer normas sobre esta actividad.
Ver videos porno gratis en Internet es cada vez más frecuente y está menos estigmatizado. Aun así, las parejas deben abordarlo como parte de su relación. Puede haber opiniones divergentes entre los expertos en salud mental y los expertos en relaciones sobre este asunto; sin embargo, ver porno no tiene por qué equivaler necesariamente a engañar; su uso depende de su contexto dentro del contexto general de la relación.
La mayoría de los espectadores de porno lo utilizan como medio de placer sexual y masturbación, tanto solos como en pareja. Sin embargo, cuando las parejas empiezan a depender del porno en línea como sustituto de sus necesidades sexuales, puede convertirse rápidamente en algo peligroso y poco saludable, que acabe conduciendo a la infidelidad o a sentimientos de inseguridad o celos si no se controla. Por lo tanto, ambos miembros de la pareja deben hablar abiertamente de este tema para llegar a una solución amistosa.
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Algunas parejas disuaden a sus cónyuges de ver porno, mientras que otras lo permiten siempre que se haga de forma aceptable y segura
Algunas incluso fomentan la masturbación con material pornográfico. Sin embargo, si un miembro de la pareja utiliza porno para satisfacer necesidades sexuales no satisfechas por su cónyuge, eso constituiría engaño, sobre todo cuando las parejas evitan hablar abiertamente de sus necesidades y deseos sexuales.
Siempre que ambas partes estén de acuerdo en el entorno en el que ven o chatean con las chicas de la webcam, ver porno y participar en un videochat no es engañar; asegúrate de que ocurre dentro de tus límites. Además, ten cuidado con el sitio web que eligen, ya que algunos pueden ofrecer sexo más explícito que otros y deben ser evaluados cuidadosamente antes de participar en sesiones de chat de sexo por webcam.
Muchos de los que ven porno no son conscientes de que pueden estar siendo infieles. Sin embargo, ambos miembros de la pareja deben hablarlo abiertamente para comprender mejor las necesidades y expectativas del otro. Además, las parejas deben colaborar para crear normas sobre lo que constituye infidelidad en su relación.
La pornografía es un pasatiempo popular entre muchos hombres. Pero su uso indebido en una relación puede causar problemas, especialmente si uno de los miembros de la pareja ve porno sin informar al otro. Esto debe ser abordado por ambos miembros de la pareja hablando sobre sus efectos en la intimidad de la relación y encontrando soluciones para ello – tener un plan de sobriedad sexual podría ayudar aquí, mientras que unirse a grupos de 12 pasos para la recuperación de la adicción al porno podría proporcionar otro enfoque; estos grupos toman caminos espirituales al tiempo que hacen hincapié en la sobriedad sexual como un enfoque para el tratamiento.
Una mujer puede sentirse profundamente conmocionada al descubrir que su pareja ve porno
Ella se sentirá impotente e indefensa y puede intentar racionalizar este comportamiento; entonces debe comunicarle clara y directamente que no pueden continuar en la relación si esto continúa.
Los estudios han demostrado que las personas que ven porno en una relación estable tienen más probabilidades de ser infieles. Es probable que esto se deba a que el porno crea la impresión de gratificación sexual sin ataduras y programa el cerebro para que piense que hay múltiples parejas sexuales atractivas fuera de la relación actual, lo que facilita el engaño y posiblemente lleve al sexo biológico fuera de ella.
Las parejas deben establecer claramente lo que constituye engaño para evitar que acciones mal entendidas se consideren engaño. Por ejemplo, cualquier acto que guarde secretos o busque satisfacción sexual fuera de la relación cuenta como engaño, y debe tratarse como tal y evitarse lo antes posible.
Si ambas partes acuerdan que está permitido ver porno dentro de unos parámetros concretos, esto no constituye engaño. Pero supongamos que no se han acordado límites mutuos de antemano. En ese caso, sí que constituye engaño. La mejor forma de combatirlo es mediante una comunicación honesta dentro de la relación; cada miembro debe conocer sus expectativas.
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Aunque muchos utilizan el porno para excitarse sexualmente, otros recurren a él para explorar fantasías que no pueden satisfacer en la vida real
Es fundamental mantener separados el uso sano y el no sano de la pornografía. Una persona que se siente obligada a verla con frecuencia puede estar sufriendo «adicción a la pornografía», un trastorno que puede tener graves consecuencias para su bienestar mental y físico.
El consumo excesivo de pornografía se ha relacionado con diversas dolencias físicas, como el aumento de la tensión arterial, los infartos de miocardio y la depresión. Sin embargo, hay formas de abandonar el hábito de ver material pornográfico: consultar con un psicólogo puede ayudar a crear un plan que incluya modificaciones de la conducta y pasos para sustituir el porno por actividades más sanas, como el deporte o la jardinería.
Utilizar una webcam es una forma excelente de añadir realismo y excitación a las sesiones de sexo virtual. Sin embargo, debe conectarse utilizando medios seguros, preferiblemente algo encriptado. Además, siempre debe haber comunicación y deben establecerse límites a pesar de la incomodidad.
El sexo por webcam también puede suponer otro reto para las parejas que prefieren mantener sus actividades en privado; otros podrían utilizar el visor de la cámara para espiar tus actividades y, potencialmente, vigilarte. Una solución sería utilizar un servicio de videochat con vídeo bidireccional y una interfaz de chat independiente u optar por una webcam que requiera verificación en dos pasos con protección por contraseña y autenticación en dos pasos como formas de sortear este problema.
Algunas personas utilizan el cibersexo basado en texto para realizar fantasías sexuales con sus parejas
En cambio, otros practican sexo por webcam para divertirse y fingir que son profesionales, casi como ser actriz porno. Aunque practicar el cibersexo puede ser muy divertido, es importante recordar que Internet no es un espacio privado y que otras personas podrían ver tus mensajes de texto.
Las personas que utilizan sus webcams para organizar fiestas de sexo virtual en línea pueden encontrar la experiencia inmensamente satisfactoria. Los estudios indican que las fiestas sexuales virtuales pueden aumentar la creatividad sexual, la intimidad, la confianza en la apariencia física y la satisfacción general en las relaciones, por lo que se están convirtiendo en una forma cada vez más popular de experimentar el erotismo entre adultos.
Ver pornografía se ha convertido en una actividad cada vez más popular, y muchos hombres y mujeres la utilizan como válvula de escape para masturbarse. Sin embargo, según los expertos en sexualidad, hay que distinguir entre masturbarse y engañar: la masturbación es una actividad inocente que libera sustancias químicas en el cerebro que producen bienestar. Por el contrario, masturbarse puede ayudar a aliviar el aburrimiento o el estrés.
Ver porno puede convertirse en una actividad peligrosa que haga que las parejas pierdan intimidad o las lleve por caminos que desemboquen en la infidelidad
Cuando las mujeres que mantienen una relación descubren que sus parejas se masturban en Internet, puede resultar confuso y aterrador. Por desgracia, al no haber conexión física entre las partes implicadas, es difícil determinar si su comportamiento tiene una motivación sexual.
Aunque las definiciones de infidelidad varían, la mayoría de los expertos coinciden en que utilizar el porno para sustituir el tiempo íntimo con la pareja es una ofensa grave y debe discutirse. Además, encontrar otras formas de placer, como hacer ejercicio o dedicarse a actividades creativas, es fundamental para el éxito de las relaciones.
La comunicación entre la pareja es de suma importancia; esto le permitirá comprender mejor sus sentimientos. A menudo tu pareja no se da cuenta de que utilizas el porno para satisfacer tus necesidades; tanto si lo consideran un engaño como si no, mantener una conversación abierta sobre este asunto es de vital importancia.
Un diálogo abierto sobre tus hábitos pornográficos puede ser constructivo para ambos. Si llegáis al fondo de la cuestión, podréis encontrar juntos soluciones que satisfagan las necesidades de ambas partes. Y si hay alguna confusión entre ver porno y engañar, consulta a un terapeuta licenciado o a un experto en relaciones para que te oriente.
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